Más de 8500 chilenos cruzaron en lo que va de febrero por el paso Cardenal Samoré

El precio del combustible, que cuesta la mitad que en su país, y la calidad de los servicios atraen al público trasandino más que nunca. En enero vinieron unos 35.000 chilenos atraídos por el cambio a su favor con el peso argentino.

Febrero es sinónimo de turismo chileno en Bariloche y aunque en números reales siempre el público nacional predomina, la cantidad de trasandinos que circulan con sus vehículos de modelos inexistentes en Argentina, sus patentes blancas características, sus movimientos en grupos familiares y su canto al hablar, dan cuenta de que están y que este verano son muchos más porque el tipo de cambio los favorece.

Según datos aportados por el secretario de Turismo municipal, Gastón Burlón, unos 35.000 turistas chilenos atravesaron la frontera en enero, una cifra muy por encima de años anteriores, y en lo que va de este mes, suman 8.500 personas del país vecino que circulan y disfrutan de sus vacaciones en la cordillera.

Aunque no hay precisiones exactas de cuántos de esos turistas chilenos que cruzaron el paso internacional Cardenal Samoré se alojan en la ciudad y la toman como base para su estadía, lo cierto es que -aunque duerman en otro destino de la región- a Bariloche siempre llegan tentados por la variedad de propuestas para disfrutar en familia, la diversidad gastronómica y los precios.

Hay muchos turistas chilenos, los vemos en las calles y en enero tuvimos más visitantes que otros años, muchos con viajen grupales por los convenios cooperados que hicimos con agencias”, valoró Burlón.

El funcionario destacó que en el último año se realizaron muchas promociones en Chile y acuerdos con agencias de turismo, que se suman a la incorporación de los vuelos directos desde Santiago que desde diciembre opera la aerolínea Sky y que por el éxito que tuvo, ya anunció que retornará con esta ruta aérea en el invierno, desde mediados de junio hasta el 24 de septiembre.

Para Bariloche todo se conjuga para este boom de turismo chileno que se evidencia en la ciudad.
Burlón precisó que los grupos que llegan en colectivos, con paquetes cerrados vendidos en Chile, tienen una estadía promedio de 5 noches y los que viajan en autos en familia de lugares más cercanos, solo pernoctan entre 2 y 3 noches.

El perfil del público chileno es familiar, se alojan en cabañas mayoritariamente, llegan sin reservas y eligen en el destino a dónde dormirán, y viajan en vehículo particular, un motivo fundamental porque el combustible en la Patagonia Argentina cuesta la mitad de precio que en su país.

Burlón remarcó que entre los paseos más buscados para los chilenos están las excursiones lacustres y todo lo que puedan realizar en su propio vehículo, además de los cerros Otto y Campanario, dos clásicos que ya traen en la agenda los visitantes, generalmente por recomendaciones de familiares y amigos que ya estuvieron.

Precios bajos, trato cordial, los destacados  

Ricardo Zúñiga con su esposa Fresia Burgos y su suegra Orfelina Troncoso desde hace varios días recorren la región y están fascinados con todo, pero especialmente con el trato humano. La familia llegó desde Victoria, una localidad a unos 60 kilómetros al norte de Temuco.

“Pese a que nosotros también tenemos lagos, montañas, encuentro espectacular esto y lo más importante es el trato humano, uno siente el cariño de la gente”, destacó Ricardo, un folclorista y trabajador de la salud quien dijo estar “sorprendido” por la buena atención y que incluso hay locales que ofrecen sugerencias de qué visitar y qué hacer aún sin ser consultados.

También dijo que al momento de elegir el destino, “el motivo principal es que la bencina (nafta) cuesta la mitad de precio, no hay peajes y la ruta está impecable, no como en Chile que hay muchos pozos”, deslizó.

Ya estamos con ganas de volver el próximo año”, acotó Fresia, quien ya había visitado con su esposo Bariloche en 2017 y siempre regresan.

Margaret Hernández ayer estrenaba su primera recorrida en el centro de Bariloche con sus hijas mellizas, Florencia y Rayén, y su pareja Carlos Rojas, y se mostró entusiasmada, a pesar de que el día anterior estuvieron 9 horas arriba de un colectivo desde Llanquihue, una localidad cercana a Puerto Varas.

Fuente: Río Negro

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