Cuando los angosturenses escuchaban el esperado silbato del vapor

Con sus botes los pobladores se acercaban hasta el Cóndor con sus mercancías y a la búsqueda de su pedido semanal.

A principios del siglo pasado aquellos primeros pobladores solo estaban comunicados por los vapores Cóndor y Helvecia. El “Camino de la herradura” al pueblo de “San Carlos” se cortaba por los deshielos, desbordes de causes de agua o derrumbes. Una vez por semana, haciendo sonar su tradicional silbato, llegaba el vapor trayendo las provisiones y comprando la producción de estos aislados pioneros de la naciente Villa la Angostura. Escribe Yayo de Mendieta.

 

En el nacimiento de la Colonia Agrícola Ganadera Nahuel Huapi la navegación era el medio más “eficaz y veloz”, en realidad el único, para transportar mercaderías y pasajeros en extensos recorridos y así llegar hasta los rincones más lejanos del “gran lago”. Aquellos antiguos canoeros, hay registros en la Isla Victoria de hace más de seis siglos, confirman que la navegación fue el medio de comunicación más utilizado incluso cuando el misionero Nicolás Mascardi lo hizo en 1670 cruzando el “Naguelguapi” -como él mismo lo escribiera- para llegar hasta la península Huemul y fundar la Misión jesuítica (1670-1717). Todavía hoy existen unos cuantos lugares que son solo accesibles por vía lacustre.

Carlos Ariel Solari cuenta que desde la empresa más ambiciosa hasta el modesto emprendimiento de la nueva zona agrícola-ganadera de fines del siglo XIX, debía contar con su embarcación para garantizarse “el posible éxito”.

Así pues salieron de los improvisados astilleros, las balandras a vela, “La Goleta” y las pesadas y robustas barcazas en los rudos tiempos del inicio; para luego dar paso al tipo de nave que deja la impronta en este período agrícola “El Vapor”.

Sus nombres, que aun resuenan en antiguas anécdotas marineras, simbolizan el espíritu y humildad del pionero, “Cóndor”, “Helvecia”, “Patagonia” y “Nahuel Huapi” que por el pueblo de decían “Cachirulo”, destaca Carlos Solari.

El vapor Cóndor

Éste fue el primer vapor que navegó las aguas del Nahuel Huapi y lo hizo por más de cuarenta años. El vapor Cóndor fue botado en el lago a fines del siglo XIX (1892) y representa todo lo que tiene que ver con la actividad agrícola, ganadera y forestal de la Colonia del Nahuel Huapi, iniciativa del gobierno nacional que fue un éxito en otras regiones del país, pero que acá terminó fracasando por las duras inclemencias climáticas que tiene esta zona cordillerana del sur neuquino.

Construir un barco a orilla  de lago Nahuel Huapi era imposible por falta de medios. Traerlo desde Buenos Aires no era realizable por las enormes distancias para recorrer una extensa zona casi desvinculada con el lago. En Chile la parte mas cercana con los astilleros era la ciudad de Valdivia. Don Carlos Wiederhold resolvió solicitar la construcción de una embarcación de 60 toneladas en los astilleros Ribbeck.

Una vez terminada debía ser trasladada por piezas por vía marítima a Puerto Montt, como planchas de fierro, la caldera, trozos de cadenas y de más accesorios, en aquel entonces no había ferrocarril. Desde Puerto Montt a Puerto Varas, La Ensenada, Petrohué, Peulla, Casa Pangue cruzando la Cordillera de Los Andes hasta Puerto Blest, se requería mucho sacrificio, audacia y valentía, siendo dirigida esta epopeya personalmente por don Carlos Wiederhold asesorada por 25 a 30 hombres, en su mayoría chilotes.

El transporte de todo el material duró cerca de un mes. Se requirió mucha tenacidad, empuje y firme decisión de todos sus colaboradores para vencer las dificultades tanto topográficas como climáticas de la región.

El acarreo de la caldera, motor, cadenas y demás accesorios para el proyectado ” Cóndor” desde Puerto Montt a Puerto Varas se hizo en tres días. Hasta La Ensenada la caldera se llevó a remolque flotando amarrada al barco. Con ayuda de 5 o 6 yuntas de bueyes y otros implementos de arrastre como carretas, todo el material fue trasladado a Petrohué.

En la travesía  del Lago Todo los Santos hasta Peulla, los accesorios fueron transportados en la cubierta del pequeño barco “Tronador”, y la caldera nuevamente a remolque, todo lo cual fue muy penoso. Desde este lugar a Puerto Blest en el Lago Nahuel Huapi se arribó 19 días después de muchos sacrificios. El sitio exacto era una pequeña playa al pié del cerro “Los Tres Hermanos” a 770 metros sobre el nivel del lago

Desde Peulla a Puerto Blest se tuvo que soportar la labor mas difícil de esta magna empresa. Los 17 kilómetros que separa Peulla de Casa Pangue, la mas dura de esta etapa se superó después de varios días. El cruce de la cordillera por el Portezuelo de los Raulíes está a 1.500 metros sobre el mar.

Al Cóndor después lo compra Ricardo Roth y finalmente Capraro en el año 1924. En sus últimos años ya era una embarcación que cumplía funciones turísticas más que de traslados.

Se utilizó hasta la década del 40 en donde queda en desuso y se lo desarma. De alguna manera es también una muestra de lo que fue pasando con la vida de Bariloche y Villa la Angostura, poblaciones que durante décadas estuvieron unidas por el Nahuel Huapi. El lago no las separaba, sino que al contrario, las unía.

Foto: El Vapor Cóndor atracado al muelle de Puerto Manzano. Septiembre de 1913

Con la desaparición de las actividades agrícolas, ganaderas y forestales también desaparecen todos los elementos que la componen, entre ellos los vapores. Fue el fin de un tipo de economía y de una sociedad que no solo luchó contra las duras inclemencias del clima, sino contra el olvido del poder central de Buenos Aires.

Como dato anecdótico la botadura del Cóndor fue en el mes de noviembre del año 1892 en Puerto Blest. Los  firmantes del acta fueron Guillermo Stange, Emilia Wiedehorld de Rauchenberg, Fernando Rotter, Guillermo Binder, Jermán Wiederhold, Luis Doggenweiler, J. Ant, Segundo González, Intendente de Llanquihue, Alberto Friederup, Carlos Martin, Jermán Oelkers, Nicanor Gómez y Carlos Wiederhold.

La única comunicación con la naciente Villa la Angostura

Los colonos que habitaban a principios del siglo XX los lotes pastoriles del perilago, como el caso del “paraje Correntoso” – hoy más conocido como Villa la Angostura – además de los colonos chilenos que cruzaban la cordillera para negociar en nuestra región, utilizaban los vapores para trasladarse y para comercializar sus productos caseros.

El denominado “Camino de la herradura”, hoy la ruta 40 que une Villa la Angostura con Bariloche, solía estar casi siempre cortado por la nieve, la caída de piedras de los faldeos de las montañas, además del rebalse de los ríos y cauces de agua que bajan de las montañas hacia el Nahuel Huapi.

Foto:  El vapor Cóndor también hacía su escala en Puerto Blest, cuando recorría el noroeste del lago Nahuel Huapi

Aquellas familias pioneras angosturenses producían -no sin poco esfuerzo por las duras condiciones climáticas y el permanente aislamiento- carne, leche, madera, dulces, cueros y verduras y hasta trigo que alguna temporada hicieron en la Estanzuela La Belluneze que manejaban los hermanos Colletti, quienes hasta llegaron a recibir una mención especial por la calidad de su trigo en la Rural de Buenos Aires en mayo de 1910.

A cambio recibían materias primas como aceite, remedios, azúcar, sal y harina, todo en bolsas a granel que permitían el intercambio que normalmente se hacía cada una o dos semanas, si el tiempo así lo permitía para la navegación.

Foto:  Llegada del Cóndor a Puerto Manzano. Vista del parque natural y una parte de la quinta con el manzano silvestre, que diera a esta colonia el nombre al actual barrio de Villa la Angostura. Septiembre de 1913.

El silbato del vapor Cóndor se hacía sonar al acercarse al paraje Correntoso anticipando así su llegada, así los pobladores cargaban sus botes con los productos a intercambiar y esperaban ansiosos su arribo, siempre y cuando el tiempo y el viento así lo permitiera.

No en pocas ocasiones durante el invierno los viajes se suspendía por las intensas nevadas, y así la espera del vapor se demoraba y se acentuaba el aislamiento.

En caso de urgencias o necesidades, no había otra opción que hacer el recorrido del “Camino de la herradura” a caballo, periplo que llevaba entre un día, a un día y medio, a veces con la necesidad de acampar a medio camino hacia el pueblo de “San Carlos”.

Foto: El Cóndor cargando bolsas de harina, azúcar, aceite, medicamentos, herramientas, ropa y otros pedidos que luego llevaba a los pobladores del por entonces “Paraje Correntoso”, y regresar con la producción que luego se vendía en el próspero pueblo de “San Carlos”, hoy de Bariloche.

Durante varias décadas los vapores fueron los principales medios de comunicación con los aislados primeros pobladores del Nahuel Huapi. Luego, sobre finales de la década del 30, comenzaron a cumplir con una doble función, por un lado comunicar a la gente y seguir con el intercambio de mercaderías, y por el otro el traslado de las primeras excursiones turística organizadas, que se incentivaron a partir de 1924 donde el Hotel Correntoso fue el primero -con muelle propio- en mejorar sus servicios para estar a la altura de aquellos visitantes exigentes que buscaban combinar un entono natural sorprendente, con la hotelería de nivel que se comenzaba a afianzar en el hermoso “Paraje Correntoso”, hoy más conocido como Villa la Angostura.

 

Yayo de Mendieta

Villa la Angostura 

Fotos: Gentileza Federico Slim para LA ANGOSTURA DIGITAL 

 

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