Andacollo volvió a desplegar la bandera más larga de Neuquén: 500 metros de emoción, historia y orgullo comunitario

La extensión alcanzada este año permitió llegar hasta el puente sobre el río Neuquén.

En el marco de las celebraciones por el Día de la Bandera, la localidad de Andacollo, al norte de la provincia de Neuquén, se transformó una vez más en el escenario de una de las expresiones patrióticas más conmovedoras de la región: el despliegue de la bandera nacional más larga del territorio neuquino.

La iniciativa, nacida desde el corazón mismo de la comunidad, alcanzó este año los 500 metros de extensión, recorriendo las calles del pueblo y cruzando el puente sobre el río Neuquén, en una imagen que emocionó a propios y extraños.

La propuesta comenzó en 2018, cuando el Centro Rural Evangélico impulsó la confección de una bandera de 100 metros, con el objetivo de homenajear a Manuel Belgrano y fomentar el sentido de pertenencia entre los habitantes del lugar. Lo que comenzó como un modesto gesto simbólico, fue creciendo con el compromiso constante de vecinos, vecinas, familias, escuelas, organizaciones sociales e instituciones locales, que año tras año se sumaron a coser nuevos tramos, con esfuerzo y convicción.

“El objetivo no era solo hacer una bandera larga, sino construirla entre todos, con nuestras manos, con tiempo, con ganas, con amor por nuestra tierra y nuestros símbolos”, expresaron desde la organización. Cada metro agregado lleva consigo historias personales, nombres, momentos compartidos y el trabajo silencioso de muchas personas que, en cada edición, aportan su granito de arena para que esta tradición siga viva.

En esta edición 2025 se incorporaron otros 100 metros, consolidando una obra colectiva que ha superado el medio kilómetro y que se ha transformado en un ícono del norte neuquino. Desde la municipalidad destacaron el valor cultural y social del proyecto, subrayando que “la bandera de Andacollo representa mucho más que una expresión patriótica: es la demostración concreta del poder del trabajo comunitario, de la unión entre generaciones y del profundo amor por la Patria”.

La ceremonia, cargada de emoción, contó con la participación de autoridades locales, agrupaciones escolares, veteranos de guerra, músicos populares y vecinos de todas las edades, que acompañaron el recorrido de la bandera al ritmo de marchas y canciones folklóricas. La enseña fue portada por decenas de manos unidas, en un gesto que resumió el espíritu de cooperación que caracteriza a la comunidad andacollina.

Como cada año, el evento despertó el interés de medios provinciales y nacionales, que se hicieron eco de esta particular celebración del 20 de junio. Pero para quienes la viven desde dentro, la jornada no es solo una postal llamativa, sino una expresión viva de identidad, memoria y orgullo local.

La bandera, que se guarda con sumo cuidado y se despliega únicamente en fechas patrias, continuará creciendo mientras perdure el compromiso de la comunidad. En Andacollo, cada metro cosido es también una apuesta por el futuro: un símbolo tangible de que, cuando hay unión, voluntad y amor por la historia compartida, los sueños pueden extenderse tanto como una bandera que ya mide medio kilómetro.

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