El hombre que se identifica como Gerardo Enrique Rojas Barrientos asegura ser mexicano y solicita ayuda económica para regresar a su país. Sin embargo, su historia no es nueva. El año pasado, la Diócesis de Cuernavaca, en México, lo denunció por un episodio prácticamente idéntico: en aquella oportunidad, afirmó ser costarricense y también pidió dinero con el mismo argumento.
En los últimos días, el Obispado de San Carlos de Bariloche emitió una alerta pública para advertir sobre su presencia. Según indicaron, Rojas Barrientos se hace pasar por sacerdote, pero en realidad no pertenece al clero. Primero llegó a la Parroquia de El Bolsón, donde pidió ayuda, y luego se trasladó a la ciudad de Bariloche con la misma estrategia.
Desde el Obispado explicaron que esta persona tiene antecedentes de presentarse en distintas regiones de América Latina haciéndose pasar no solo por sacerdote, sino también por obispo, médico e incluso policía. “No nos dejemos engañar. Existe la posibilidad de que esté utilizando documentación apócrifa”, remarcaron en el comunicado oficial.
El obispo de Bariloche, monseñor Juan Carlos Ares, detalló que Rojas Barrientos se presentó el martes pasado en la Parroquia de El Bolsón. Casualmente, el sacerdote a cargo se encontraba en Bariloche, por lo que fue recibido por otras personas que notaron ciertas actitudes llamativas. “Pidió comida y alojamiento. Se le brindó alimento por caridad, pero no presentó ninguna acreditación que certificara su condición de clérigo”, explicó Ares.
Las explicaciones que ofrecía resultaban confusas e inconsistentes. Según relató, había estado en Chile y supuestamente había sido trasladado a la Argentina en calidad de sacerdote. Sin embargo, el relato levantó sospechas. Durante la conversación, mencionó que mantenía contacto con el obispo de Puerto Montt, lo que motivó a Ares a comunicarse directamente con monseñor Fernando Ramos, su par en Chile. “Me confirmó que esta persona decía haber sido sacerdote, pero que, por una causa canónica durante el pontificado de Benedicto XVI, había sido apartado del ministerio y que luego fundó una presunta iglesia católica disidente”, agregó.
Ares recordó que en Argentina registrar un culto no es un trámite simple: es obligatorio presentar la sede, la doctrina y otra documentación ante el Ministerio de Culto para su reconocimiento legal, por lo que el relato de Rojas Barrientos carece de sustento.
Después de su paso por El Bolsón, el hombre se dirigió a Bariloche, donde nuevamente pidió colaboración económica alegando que había sido víctima de una estafa y que deseaba volver a México. “Se autovictimiza diciendo que llegó a Chile por una falsa promesa de trabajo, que lo engañaron y que ahora no tiene recursos para regresar. Pero lo cierto es que los traslados de sacerdotes siempre se gestionan oficialmente a través de las diócesis, nunca de manera informal”, remarcó el obispo.
En la búsqueda de antecedentes, se constató que la Diócesis de Cuernavaca había emitido una advertencia pública cuando este mismo individuo apareció en su jurisdicción. En ese caso, su relato variaba: aseguró ser costarricense y solicitó dinero con la misma justificación.
Ante estos antecedentes reiterados y las versiones contradictorias, el Obispado solicitó a las comunidades de la región extremar precauciones y no entregar dinero ni alojamiento sin verificar debidamente la identidad de quienes solicitan ayuda en nombre de la Iglesia.