“Cuando denunciar un abuso te convierte en blanco de un sistema corrupto, se paga un alto costo político”

Sr. Director:

Denunciar un abuso no debería convertir a quien se anima a hacerlo en el blanco de un sistema que se defiende atacando. Sin embargo, cuando esto sucede, entendemos en qué sociedad vivimos y el alto costo político que implica enfrentarse a estructuras que protegen intereses y silencian verdades incómodas. No podemos naturalizar la persecución de quienes denuncian, ni resignarnos a vivir en una comunidad donde la política se utiliza para castigar al que se anima a decir la verdad.

En los últimos días hemos visto cómo la sociedad, con justa razón, exige a la dirigencia política que esté a la altura de las circunstancias. La gente está cansada de que, en épocas de elecciones, aparezcan en nuestras casas a compartir un mate fingiendo cercanía e interés, para luego desaparecer cuando llegan al poder, olvidando por qué y para qué están allí.

El político en campaña es cordial y simpático, pero cuando ocupa una banca gracias al voto de la gente, se olvida de que está para servir y no para servirse.

Lamentablemente, el Concejo Deliberante tuvo en sus manos una herramienta poderosa para realizar una investigación seria de todo lo ocurrido. Como era de esperarse, el resultado fue negativo, no por falta de mérito, porque sobraban los motivos, sino por falta de voluntad política. Lo que faltó fue la toma de conciencia de algunos concejales de que un juicio político también forma parte de un proceso democrático. Según las autoridades del Ejecutivo, hicieron todo bien, entonces, ¿por qué temerle a un juicio político? El que nada hace, nada teme. Aquí, lamentablemente, vimos con claridad cómo se encubrió una vez más al Ejecutivo.

En este contexto, es importante recordar que el Concejo Deliberante, al llamarse la Casa del Pueblo, tiene la obligación de tratar todos los temas que le competen, y la manera democrática de hacerlo es a través del ejercicio de su voto. Ante un tema tan delicado e importante como el pedido de un juicio político, la abstención del voto no era una opción. Las únicas opciones posibles eran votar a favor o en contra, porque el pueblo lo estaba demandando.

Es triste que quienes tienen la responsabilidad de cuidar y preservar la transparencia de las instituciones hayan elegido el silencio cómplice. Se habla mucho de ética, responsabilidad y democracia, pero a la hora de actuar, algunos prefieren protegerse entre ellos, incurriendo en conductas que rozan la connivencia.

Lamento profundamente que algunos concejales hayan priorizado intereses partidarios por encima de la responsabilidad y la transparencia que los ciudadanos merecemos.

Me gustaría que esta situación sea un punto de inflexión para nuestra localidad. El pueblo de Villa La Angostura necesita decir “basta” y, al momento de ir a las urnas, reflexionar antes de votar. No se trata de elegir por simpatía, por una visita de cinco minutos o por promesas que buscan responder a necesidades individuales. Se trata de preguntarnos si quienes quieren administrar y legislar nuestro pueblo realmente están preparados para hacerlo. Es hora de exigirnos más como votantes y de dejar de aceptar a inoperantes, a personas con intereses propios y escaso compromiso con sacar adelante a este pueblo que se cae a pedazos por responsabilidad de las malas gestiones. Como comunidad, nos está costando muy caro sostener improvisados.

Cordialmente.

Rosa Orellana.

DNI: 26.504.394

Villa la Angostura

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