La fiscalía pidió 7 años de prisión mientras que la querella reclamó 12 años, por su parte la defensa alegó por una condena en suspenso. “Todos los días que me despierto, me arrepiento. Asumo mi responsabilidad”, dijo el acusado. Mañana a las 11 hs se conocerá la sentencia.
“Hay una desmesurada ambición económica, un afán por acumular dinero fácil y rápido. Codicia inconmensurable”, advirtió el fiscal de Villa La angostura Adrián De Lillo para referirse al acusado Ramiro Fernández, declarado culpable de cometer numerosas estafas con la venta y el ofrecimiento de inmuebles en esta localidad.
De Lillo pidió al tribunal, integrado por los jueces Maximiliano Bagnat, Federico Sommer y su par Alina Macedo Font, que le impongan 7 años y 6 meses de prisión a Fernández, mientras que los querellantes Guillermo Hensel y Lorena Miani, que representaron a varios damnificados, solicitaron una pena de 12 años de prisión.
El abogado Guillermo Hensel pidió además que le impongan 12 años de inhabilitación para la gestión de bienes ajenos y de operaciones inmobiliarias.
Por su parte la abogada Lorena Miani requirió que además de la pena se lo condene a pagar una multa proporcional al monto del perjuicio causado a las 39 víctimas por casi 1 millón de dólares. Miani señaló que ese perjuicio patrimonial equivale a 15 departamentos, de dos ambientes, en la avenida Pascotto.

En cambio, el defensor particular Martín Rodríguez pidió que sea condenado a 1 año y 6 meses de prisión de ejecución condicional. Mañana viernes a las 11, el tribunal informará la sentencia.
Alegato fiscal
“Esto no es un hecho que ha pasado desapercibido. Esto es un hecho que ha afectado el propio entramado social de la localidad”, afirmó Adrián De Lillo en su alegato final.
“Estas conductas se diferenciaban en cinco maniobras delictivas”, indicó. Mencionó que hubo tres modalidades de estafas inmobiliarias, un desbaratamiento de derechos acordados y una patrimonial.
Dijo que esa era una circunstancia agravante. “La otra viene de la mano de la pluralidad de las víctimas”, sostuvo el fiscal, quien además sostuvo que hubo “una conducta delictiva y un elevadísimo desprecio por el derecho, en este caso, el de los derechos patrimoniales o derechos a los sueños de las víctimas”.
De Lillo recordó que Fernández, que ya fue declarado culpable en marzo pasado, cuando reconoció haber cometido las 39 estafas, “hace más de 25 años” que el acusado se dedicaba a la actividad y operaciones inmobiliarias.
“Era Ramiro Lepore, pensaron que era Lepore. Él se valió, y eso se tiene que ser considerado, de unas de las firmas más importantes de la República Argentina que tenían una propia sede en Villa La Angostura y que a partir de estos hechos la tuvo que cerrar”, indicó el fiscal. Dijo que Lepore fue otra víctima.
Sostuvo que Fernández “se vale de esta legitimidad, de esta confianza, que venía de la mano de su amplio desarrollo profesional y esto debe ser evaluado porque hace a las características personales del acusado y también de la propia estructura de la cual se estaba valiendo”.
Otro agravante, para el fiscal, fue “la prolongación temporal de esta actividad delictiva” ejecutada desde 2020 hasta diciembre del 2023.
“Eso, lo que nos revela es una actividad sistemática, persistente y que esto también debe evaluarse, la peligrosidad demostrada por Ramiro a lo largo del tiempo”, planteó De Lillo.

Reveló que las estafas suman 961.500 dólares “que al cambio oficial del día de ayer (por este miércoles) equivale a 1.225.912.500 pesos. Ese es el monto total de las defraudaciones que llevó adelante Ramiro Fernández”.
Mencionó que “las maniobras” fueron “sofisticadas y planificadas”. “Las maniobras defraudatorias no se limitaban a una firma. El especial conocimiento de él, le permitió la realización de boletos apócrifos, reventas fraudulentas, promesas de inversiones ficticias, vendía unidades inexistentes, incluso hacía promesas de rentabilidad sobre renta financiera respecto de dinero que él solicitaba”, afirmó el fiscal.
“Es una conducta deliberada, calculada y desarrollada por un profesional en las estafas que la desarrolló durante tres años y al menos hubo 39 damnificados”, enfatizó. Y recordó que después huyó de Villa La Angostura. Advirtió que hubo más hechos, pero no pudieron demostrarlos.
La postura de las querellas
Hensel adhirió a los fundamentos de la fiscalía “Se ha probado con la variedad de testigos que tuvimos, los que fueron estafados en la faz comercial y en la faz del sueño de su vivienda propia, la extensión del daño”.
Mencionó la pérdida de los sueños de la vivienda propia y la pluralidad de víctimas. También aseveró que hubo “premeditación, planificación, sistematización de la ardid utilizado para estafar a los testigos”. Y citó a uno de los testigos que afirmó que Fernández “dejó un sello en el pueblo: la gente dejó de confiar en la palabra”.
“Hoy no quisiera estar en sus zapatos señores jueces y señora jueza”, dijo Miani. Indicó que tienen por delante la “compleja tarea que es la de cuantificar la pena por 39 hechos de estafas en una escala penal que va desde los 6 hasta los 50 años de prisión”.
“Una pena en suspenso no sería un castigo, sino que sería un premio. Sería un refuerzo a la reiteración delictual del señor Fernández”, alertó.
Dijo que las estadísticas, “lamentablemente para este tipo de delitos, no son alentadoras”. Mencionó que el informe estadístico de la Corte Suprema de 2022 señala que el 86 por ciento de los casos de estafas tienen una pena en suspenso y no de cumplimiento efectivo.
La defensa y su punto de vista
El defensor pidió al tribunal valorar que Ramiro Fernández reconoció su responsabilidad en un acuerdo, con la fiscalía y las querellas, “ asumiendo su responsabilidad en el hecho. Hoy estamos discutiendo la pena, no la responsabilidad”.
“Serán los señores jueces quiénes deberán resolver qué va a ser el Estado con alguien que ha delinquido. Resolver cuál es el fin de la pena, si son los tormentos o la reinserción social”, alegó.
Citó los atenuantes a favor del acusado, como que estuvo 1 año y 2 meses en prisión domiciliaria, “Estuvo privado de su libertad”, observó Rodríguez, quien destacó el comportamiento procesal de Fernández. “Estuvo siempre a derecho”, y recordó la falta de antecedentes penales.
Arrepentido
“Todos los días que me despierto, me arrepiento. Asumo mi responsabilidad”, dijo Fernández ante el tribunal.
Ramiro Fernández valoró la gente del pueblo que lo conoce desde hace tantos años, pero admitió que abusó de esa confianza.
Reconoció que perdió su familia, amigos. “El respeto de la comunidad. No soy víctima de nada. Las víctimas fueron ellos. Yo fui el culpable”.




