Ni la llovizna opacó la fiesta del rugby infantil que organizó el Club Los Coihues

El clima angosturense no logró empañar el entusiasmo de los más pequeños durante la gran jornada de rugby infantil organizada por Coihues Rugby & Hockey Club, que ofició de local en una mañana cargada de energía, compañerismo y valores deportivos.

Más de 60 niños provenientes de los clubes Pehuenes (Bariloche), Dina Huapi y Bandurrias (San Martín de los Andes) participaron de este encuentro regional, donde las categorías M8, M10 y M12 protagonizaron una seguidilla de partidos que, más allá de los resultados, reflejaron el espíritu formativo y solidario del rugby.

Espíritu deportivo bajo la lluvia

Desde el primer silbato, el campo de juego se llenó de risas, gritos de aliento y jugadas que despertaron la emoción del público. Padres, madres y entrenadores siguieron cada try con orgullo, destacando el esfuerzo y la disciplina de los jóvenes jugadores, que demostraron compromiso y compañerismo incluso en condiciones climáticas adversas.

“El clima no fue un obstáculo, al contrario: reforzó el espíritu del rugby, ese que enseña a levantarse cada vez que uno cae”, señalaron desde la organización.

El propósito principal del encuentro —fortalecer los lazos de amistad entre los clubes de la región y fomentar valores como el respeto, la solidaridad y el trabajo en equipo— se cumplió con creces. La convivencia y la integración fueron los verdaderos protagonistas de la jornada, reafirmando el rol del rugby como herramienta educativa y de crecimiento personal.

Cierre con el tradicional “tercer tiempo”

Al finalizar los partidos, los equipos se reunieron en el tercer tiempo celebrado en la sede de Coihues, donde compartieron meriendas, risas y anécdotas. Con las camisetas embarradas y los rostros llenos de satisfacción, los pequeños rugbiers mostraron que la pasión por el deporte supera cualquier obstáculo.

La institución anfitriona expresó un especial agradecimiento al Club Las Piedritas, que generosamente cedió su predio para que Coihues pudiera ejercer la localía, dado que aún no cuenta con cancha propia. Este gesto de cooperación entre clubes locales fue destacado como un ejemplo de unión y compromiso por el desarrollo del deporte infantil en Villa La Angostura.

En definitiva, la jornada fue mucho más que una serie de partidos: fue una fiesta del rugby formativo, donde se sembraron valores, se fortalecieron amistades y se demostró que el verdadero triunfo está en compartir el juego con alegría.

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