Sr. Director:
Qué suerte tiene Villa Traful
En muchas zonas de la Patagonia Atlántica, la naturaleza paga el precio del descuido humano. En las playas de Península Valdés, por ejemplo, la mugre llega de lejos: cajones de pesca, botellas y plásticos de todo tipo aparecen cada día sobre la costa.
Esa basura tiene nombre y ruta: proviene de los barcos pesqueros que descartan al mar sus residuos, y de los basurales a cielo abierto del continente —como el de Rawson y otros pueblos— donde el viento hace su trabajo: levanta los desechos y los reparte por la estepa, hasta que finalmente el mar los devuelve a la orilla.
Un verdadero desastre ecológico, una batalla desigual donde los animales marinos y las playas prístinas pagan por la irresponsabilidad de otros.
Villa Traful, en cambio, no recibe la basura de nadie.
No hay corrientes que la traigan de otros lugares, ni vecinos río arriba que la ensucien.
Y, sin embargo, el paisaje no siempre se ve impecable.
¿Por qué?
Porque el problema aquí no viene de afuera, sino de adentro.
De la falta de educación ambiental y de amor por el propio paisaje.
La basura en las calles, los tachos desbordados o destapados, los perros desparramando bolsas: son síntomas de una misma raíz —la costumbre de no hacerse cargo—

El problema, en realidad, se resuelve en origen:
en cada casa que separa sus residuos, en cada familia que destina los orgánicos al compost o los comparte con gallinas propias o del vecino;
en cada persona que clasifica vidrio, latas y plásticos para llevar al punto verde;
en cada vecino que encierra los plásticos pequeños en una eco-botella, para que el viento no los disperse.
Después de separar, lo que queda como basura real es poco y manejable:
una bolsa cerrada, en un tacho con tapa, que los animales no puedan romper.
Si todos hicieran ese simple paso, el pueblo entero se mantendría limpio sin necesidad de operativos especiales.
Pero el compromiso no termina en los hogares.
Un pueblo educado necesita también una Comuna que haga su parte con amor, orgullo y constancia.
Vaciar los puntos verdes, mantener los tachos, cuidar los espacios públicos y coordinar los servicios es una responsabilidad esencial.
Cuando un empleado público cumple su tarea con conciencia, no solo limpia: educa con el ejemplo.

Mientras algunos no ven ni el problema ni la solución, otros ya están actuando.
Vecinos agrupados bajo el nombre de Corazón Verde vienen marcando el camino: inspiran, comunican y convocan a la acción.
Porque, ¿acaso no da gusto llegar a casa y ver la vereda limpia, el camino despejado, el paisaje cuidado?
Un martillo, unas tablas para reparar la tapa de un tacho, o el simple hábito de separar la basura son actos cotidianos de respeto y pertenencia.
Y sí: muchos apuntan al turista como culpable.
Pero si las cabañas, hoteles y restaurantes tienen un buen manejo de residuos, si la Comuna pone tachos en los lugares de alta circulación y mantiene baños públicos, el turista no sería el problema.
Lo que falta no son culpables, sino organización, educación y compromiso compartido.
🚭 Un capítulo aparte: los fumadores
El hábito de fumar no debería convertir la naturaleza en un cenicero.
Cada colilla contamina hasta 50 litros de agua, y sin embargo, muchos fumadores —al bajar del auto o caminar por un sendero— la tiran al suelo, sin pensar en las consecuencias.
Las playas, los bosques y los caminos se llenan de colillas: pequeñas pero devastadoras.

Un pedido especial a quienes fuman:
apaguen correctamente su cigarrillo, no en un tronco, ni en el hueco de un árbol, ni en la tierra seca.
Un simple gesto irresponsable puede provocar un incendio.
Apáguenlo sobre la suela del zapato o una piedra, y guárdenlo en una cajita o cenicero portátil.
Es una muestra de respeto hacia todos los que no fumamos, hacia el entorno y hacia uno mismo.
🌿 Educar, respetar y cuidar
Con una dosis de amor por la naturaleza, respeto por uno mismo y compromiso real con el trabajo, el problema de la basura deja de ser problema.
No se trata solo de limpiar, sino de educar, dar el ejemplo y cuidar entre todos lo que hace único a Traful.
Porque un pueblo limpio no es el que más se barre,
sino el que menos ensucia. 💚
Laura Gall
https://www.instagram.com/corazonverde.traful?igsh=MXRmanliM3N2aGp5cA==
Villa Traful



