Historias angosturenses: Doña Francisca Panchita Ojeda de Martin. II Parte

Panchita Ojeda, junto a sus hijos el día que recibió su Mutisia de Plata de la mano del ex Intendente Willy Caruso y el ex vicegobernador Rolando Figueroa – 2017 – colección Mechi Palavecino

Doña Francisca Panchita Ojeda de Martin fue una vecina muy querida en Villa La Angostura. Recuperamos sus enseñanzas a través de la memoria. La entrevista fue realizada en la primavera de 1999. Ultima parte. Por Archivos del Sur, subcomisión de la Biblioteca Popular Osvaldo Bayer

 

¿Había alguna fecha donde se reunían?

No, allá al otro lado yo nunca vi ni soñé, yo siempre donde mas estuve era acá en el Correntoso, trabajando y en las fiestas grandes en la placita de la Villa, los chicos del colegio, se hacía asado, se izaba la bandera, se corrían carreras, se hacían juegos.

¿Pudo ir a la escuela?

En Chile anduve, yo no fui mucho a la escuela, cuando volví acá yo era grande para la escuela, también se hacían fiestas por la canchita acá arriba (actual cancha futbol Calafate). Hacían juegos de la sortija, partidos de futbol.

Foto:  Norberto Martin en el viejo Correo de la Villa. Compañero de vida de Panchita. Colección Museo Histórico Regional VLA

 ¿Usted nació en que año?

En 1925

¿Si había un incendio que pasaba?

Y los primeros bomberos era la gente nomás, y así se trataba de apagar y si se podía se apagaba, y lo primeros bomberos fueron los Urra y gente que no están, los Martínez, Quintriqueo Juan Carlos.

¿Antes nevaba en septiembre?

Si en el ´44 me parece, la nevazón grande fue en agosto, nevó más de un metro de nieve, al otro lado en el Vinagre encontraron las vacas colgadas de los árboles, si en el Rincón casi dos metros de nieve y después en el ´48 también falleció mi papá en el Chucao, que lo aplastó el galpón y había casi un metro de nieve esa vez.

Mi mamá había fallecido un años antes y yo en el invierno yo le digo a la señora Ema Capraro, deme permiso unos dos meses para acompañar a mi papá y a mi hermanita, que tenía 14 años en ese tiempo. Si, anda nomás me dijo.

Entonces yo me vine y estaba acá en agosto en el ´48, mi papá salió a picar leña de la casita y nosotros teníamos una yegua que estaba con potrillitos  que nosotros le dábamos pasto y mi papá dice me voy a ir a picar unos palos de leña abajo del galpón donde estaba el aserradero que no trabajaba en ese tiempo y le digo: – bueno y nosotros vamos a ir a cortar caña para la yegua y fuimos con una bolsa y el machete y él se fue con el hacha.

De repente sentimos un golpe que había caído algo, y le digo a mi hermana: – ¿que habrá pasado? Entonces agarramos las hojas de caña en una bolsa y al subir al altito y miré para la costa para donde estaba el galpón grande vi algo raro, era el galpón que se había caído, aplastó a mi papa y bueno lo llamamos y lo llamamos y mi papá no apareció. La nevazón, había casi un metro de nieve, mi hermanita se fue al Machete donde estaba el finado Armando Eggers y mi hermano que vivía allá, ella se fue a caballo para allá y yo quedé con la pala descubriendo el galpón pero que iba a sacar y eso que yo escarbe, no sé de donde yo saque tanta fuerza para sacar toda la mitad del galpón de nieve y bueno cuando vinieron ellos, habrá sido poco más de una hora, que va a quedar vivo y ahí falleció mi papá, en 1948.

Yo tenía como 20 años, mis hermanos no estaban…Eduardo por donde estaría……después vinimos para acá el finado Armando nos trajo en la lancha, había que hacer tramites y la policía y a la gendarmería, que tenía que ir al juez y que se yo, todos los papeles los tuve que hacer yo.

Foto: Las grandes nevadas del ´44 y el ´ 48 arreciaron toda la región del Nahuel Huapi. Colección Museo histórico Regional VLA

¿No había un cementerio del otro lado?

No, cuando mi mamá se falleció al cementerio lo estaban haciendo, entonces nosotros pedimos permiso para sepultarla en lo de los Cayun, porque ahí hay un cementerio, abajo en el Vinagre también hay pero era mas lejos, entonces pedimos permiso para sepultarla allá, cuando falleció mi papá pedí permiso y está sepultado al ladito de mi mamá, que ni se si estará el cementerio yo hace mas años que no voy, ahí están los dos viejitos ahí quedaron y después yo me fui con mi tía Carmen Chabol en la población Miranda

Foto: Doña Carmen Chabol en Nariz del Diablo, población desalojada por Parques Nacionales – colección González

y mi tía dijo: – claro que íbamos a hacer ahí con una casita al lado del lago, que si nos faltaba la azúcar, trabajo no había, a quien le íbamos a pedir sino había donde comprar, había que cruzar el lago y entonces nos llevó a al casa de la tía, juntamos con mi hermana todo lo que teníamos y nos fuimos, ella quedó ahí y yo me vine a trabajar, ya la señora del Correntoso me estaba buscando para que vuelva porque la Silvia zapateaba de lo lindo y ahí me quedé. Mi hermana después fue a la Granja con doña Hortensia Hensel, después se fue a Bariloche y así nos deshicimos la familia. Mi hermana quedó en el Rincón casada, quedamos todos separados.

A Martín lo conocía de mucho antes, porque ellos eran pobladores viejos allá y de ahí me casé. En Correntoso lo conocí a Norberto, pero yo de antes lo conocía.

Estoy contenta porque cuando éramos chicos éramos pobres pero no nos faltó nada, comida, ropa, cariño y después cuando yo empecé a trabajar estaba “rebien”, después nos fuimos de Correntoso a Bariloche cuando la Silvia iba al colegio, Ricardo estaba en Bs As, la Martita creo que  estaba en Bahía Blanca y la negra quedó acá, después me casé, después seguí yendo a ver a mis patrones viejos, si rebuenos yo estuve muy bien, era una familia extraordinaria con todos y conmigo también, nunca me dijeron una cosa, yo vivía como en mi casa, yo cuidaba las chicas, había una cocinera, una administradora, se venía la patrona de Bariloche para acá y quedábamos nosotros y yo limpiaba la casa cuidaba y jugaba con las chicas, las bañaba y acostaba yo dormía en la pieza con las chicas.

Foto:  La tragedia se llevó un hijo de Panchita, Andrés Martin junto Ramiro Vidal, Peti Navarro y Osvaldo Vera en 1989

Después me casé, mi vida fue buena, no me puedo quejar porque mejor marido no me pudo tocar, después el falleció y yo quede acá dando vueltas.

Me tocaron buenos hijos ahora estoy ayudando a criar a mis nietos.

Yo digo: – Dios me quitó un hijo pero me dio buenos nietos.

Foto: Panchita, Nené Barbagelata, Ricardo Matias, Francisco Capraro, Francisco Andrade y otro – año 2000 – colección Mechi Palavecino

Queremos agradecer en especial a Mechi Palavecino por fotos y comentarios.

Producción general Archivos del Sur

 

 

 

 

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