Emprendedores locales: harina de algarroba, la saludable alternativa que ofrece “Alfajores Lapín”

Para los fanáticos de las golosinas, Tamar Correa se dedica a la producción de alfajores artesanales de exquisita calidad con la diferencia de que se encuentran elaborados con harina de algarroba, acompañado por sus autóctonos rellenos de dulce de saúco, frambuesa, arándanos, mosqueta y el clásico dulce de leche.

 

En la actualidad, Tamar Correa trabaja en una panadería, pero nunca dejó atrás su sueño de independizarse totalmente al crear su emprendimiento de alfajores bajo el nombre “Lapín”, que significa conejo en francés debido a su amor por estos mamíferos europeos que se diferencian de las liebres nativas que comúnmente suelen ser vistas en la región.

En conversación con LA ANGOSTURA DIGITAL, la emprendedora señala que le gusta el logo porque “es un animal muy próspero y no es un animal nativo del sur a diferencia de la liebre. Es traído de Europa y ha sido domesticado como muchos otros productos de acá, por así decirlo. Eso también define un poco a la Patagonia, la gente que no es de acá pero que se crió en el pueblo y se ha hecho del lugar, ya no pueden volver”.

La idea surgió a partir de su trabajo orientado a la gastronomía, al elaborarlos junto al apoyo de Bromatología en la sala de elaboración, consideró que su producto debía perdurar un poco más en el tiempo para también brindar un margen considerado de venta.

“Es algo que el turista siempre busca como souvenir, y los chocolates siempre van de la mano con los alfajores, es un clásico. Aunque en realidad quienes más consumen mis alfajores se trata de la gente local que busca experimentar nuevos sabores. Los turistas van más por el clásico dulce de leche”, asegura.

Así es como “Alfajores Lapín” ofrece sus auténticos productos elaborados con la beneficiosa harina de algarroba 100% artesanal en el que comenta que su productor donde adquiere su materia prima, se ubica en La Rioja y es quien realiza el estacionado, el molino, de manera natural, sin agregados químicos ni conservantes.

Tratándose de una excelente opción para quienes no pueden dejar el dulce, pero desean probar algo distinto y saludable, se podría decir que la harina de algarroba sustituye al cacao debido a su dulzor y color que tiñe de color marrón los líquidos, sumado a su gran fuente de fibra. También es rica en calcio, magnesio y fósforo, y ayuda a reducir los niveles de colesterol, fortalece las defensas y es un excelente antiinflamatorio natural.

Los productos se elaboran en base a materias primas de excelente calidad con impronta 100% angosturense. “Generalmente pido dos días para hacer la masa, las tapitas, y al otro día hago el relleno, el bañado y el etiquetado porque sino, no me alcanzan las horas. La masa necesita descansar un tiempo para que queden duritas y parejas”, detalló.

En cuanto a los sabores, las opciones son variadas y para todos los paladares. Se destaca por sus dulces icónicos de la Patagonia como el de frambuesa, sauco, mosqueta, arándanos y el irresistible dulce de leche. Sin embargo, Tamar sostiene que este último es el más elegido por todos sus clientes.

Al haber sido mamá hace poco tiempo, la emprendedora explica que se le dificulta presenciar las ferias a pesar de haber sido parte de casi todos los eventos realizados en la localidad, y que ya no se encuentra en el Paseo de Artesanos por lo que en estos momentos comercializa sus productos a través de su Instagram @lapin_alfajores, en el que ofrece envíos a domicilio.

“Aunque la comida siempre vende, tenes que ser constante y es un consejo que le daría a cualquier emprendedor que quiere comenzar con un nuevo proyecto. Que no afloje en ningún momento. Mi sueño es independizarme por completo, no trabajar para nadie, y algún día pienso en construir mi propio local y fábrica de alfajores”, concluyó.

 

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