Luisa Drago se dedica hace más de 10 años al cuidado de la mujer y del medio ambiente de manera consciente con sus productos higiénicos como pañales de tela, toallitas ecológicas, protectores mamarios, y mucho más.
A raíz de una necesidad y una combinación de conciencia ambiental y económica, Atabey nació en el 2010 cuando decidió realizar productos amigables con el medio ambiente que no se encontraban en la localidad ni alrededores. Como una forma de ayudar al planeta evitando el uso de plásticos, cerca del 2014 la idea fue tomando forma cuando sacó los primeros pañales de tela a la venta.
La emprendedora siempre tuvo una inclinación ecologista y buscaba la manera de implementarlo en lo cotidiano. De esta manera, fue investigando cada detalle para lograr un producto de buena calidad y estética que no contaminase ni produjera problemas de salud, sino al contrario.
Con mucha iniciativa, comenzó a estudiar costura y diseño gráfico en el CFP 24 en el que experimentó con diversos materiales hasta obtener el producto deseado, luego fue probando en sus hijos y sobrinos hasta que vecinos y amigos le solicitaban sus pañales de tela para ser reemplazados por los descartables que tardan hasta 500 años en biodegradarse.
“Siempre me inspiro en una necesidad, pero también en el cuidado del medio ambiente y del consumidor. Elegir vivir en un paraíso como Villa La Angostura requiere de nuestro respeto y amor a tal lugar. Creo que mí emprendimiento es una forma de aportar una opción saludable para las personas y el medio en el cual vivimos”, expresa la emprendedora a LA ANGOSTURA DIGITAL.
Más tarde incorporó una línea de toallitas y protectores de tela reversibles, con broches, lavables y reutilizables en diversos modelos para gestionar de la mejor manera el ciclo menstrual, tratándose de una gran opción en cuanto a comodidad y libre de químicos. Están confeccionados con una base impermeable de pul, dos absorbentes 100% algodón más un refuerzo del mismo material.
“Es muy importante transmitir a nuestros hijos e hijas sobre el consumo responsable, el autoconocimiento, el consumo de productos sustentables que no contaminan nuestro cuerpo y el medio ambiente, así como también, el derecho que tenemos como consumidores las personas menstruantes que muchas veces son vulneradas por no tener acceso, ya sea a información, recursos y acompañamiento”, explica.
A su vez, produce protectores mamarios, discos desmaquillantes, y copas menstruales. También realiza trabajos a pedidos y personalizados como delantales escolares y de trabajo, algunas prendas infantiles y para adultos, y bolsos utilitarios.
En cuanto al proceso de producción, hace ocho años que cuenta con su taller de costura y sublimación que fue equipando con créditos y financiamientos que ofrecía la unidad de empleo y Economía Social.
Luisa cuenta que intenta trabajar en serie, se toma unos días para cortar determinada cantidad y otros días para sublimar. Al día siguiente arma cada producto y finalmente coce y prepara cada pedido para comercializar en el Paseo de la Terminal (puesto 17), haciendo envíos a todo el país y desde sus redes sociales @atabeyecostura.
“Mí proyecto Atabey es uno de mis mayores logros, me abrió muchas puertas: conocer gente muy hermosa, a poder transmitir mis conocimientos en los distintos talleres que doy, a conocerme a mí misma como mujer y a poder vivir de lo que amo en armonía con este paraíso que es Villa. A veces, es difícil pero siempre se puede salir adelante”, concluyó.
