De cuando el lago se llamaba “Nahualguapi”, en aquellos primeros escritos

Este análisis junto a otros textos históricos y cartografía antigua, nos permiten cuestionar que la actual Isla Victoria, sea efectivamente la “antigua Nahuelhuapi”, como lo insinuaron por primera vez F. Fonck-1856, y F. Asta-Buraga,- 1867, luego replicado hasta la actualidad por la historiografía.

 

En la presente publicación, desglosaremos este hidrónimo compuesto y, tomaremos en primer lugar “huapi: isla”, cuestionando la supuesta procedencia del mapuche y su “mono-significado”

La dificultad más persistente con este topo-hidrónimo, y muy encubierta sobre todo, no es la falta de evidencia, sino la de desentrañar la perspectiva “estática y aislada” inmersa en algunas de las interpretaciones relacionadas con las lenguas indígenas locales.

Uno de los puntos soslayados en el área en cuestión, es que según los misioneros, antes de Mascardi (1670), la “lingua franca” (lengua de intercambio), entre las tres distintas etnias, era el gününa iajëch (gününa-këna-“tehuelches septentrionales”), y luego, para la época de Menéndez (1792), había sido desplazado por el mapuzungun. Sin olvidarnos además, de la implícita influencia de “los canoeros”, a través de la interacción y durante sus baquías en una de las dos únicas vías de comunicación conocidas (camino de las lagunas), desde y hacia Chiloé; situaciones que contribuyeron seguramente a toda clase de préstamos lingüísticos. Sumando además, los prestamos provenientes del aymara y quichua, desde el norte andino.

En ese sentido “diacrónico”, con el término huapi, notamos que no hubo una inmutabilidad, sino todo lo contrario.

En el más antiguo vocabulario conocido de “La Lengua de Chile”, del jesuita Luis de Valdivia, 1606, (que recogía la lengua indígena del Chile Central), el vocablo huapi no apareció.

Luego, en el de Andrés Febres, otro jesuita, en 1765, más de un siglo y medio después del anterior, huapi, significaba: “isla en el mar o río: it. isleta, o recodo limpio en el monte.”

Para 1993, en el texto de H. Carvajal Lazo, Vicuña y la Toponimia del Valle de Elqui, explicando la etimología del término guape → var: guapi: (se sumaban) “terreno arenoso húmedo a orilla del río, bueno para chacra, vega (centro merid.)”; “pedazos de terreno despejado de árboles y malezas”; “porción de tierra aislada por ríos o quebradas; recodo limpio en la montaña”, citando a los anteriores autores más otros posteriores como: Augusta, Lenz, Moesbach, etc. Estos conceptos reflejan una escasa interpretación en los principios o una clara evolución del término. También, y ya citado anteriormente, Rodolfo Casamiquela, dijo:

“…quiero recordar que en araucano la voz wapi significa además “península”, hasta “recodo limpio en el monte” (de Augusta, 1966, 261) y otras derivaciones vinculadas con el tema “aislar”, que está en la base (a la manera del castellano).”

Por otro lado, según las teorías más firmes sobre el poblamiento de la zona cordillerana en la Patagonia, sostienen que fueron: de N. a S. por la costa del Pacífico, y por los valles Andinos de pre-cordillera, y de E. a W. por la estepa Patagónica siguiendo los ríos desde el Atlántico.

En ese último punto, recordamos lo dicho por R. Casamiquela: “… otras derivaciones vinculadas con el tema ‘aislar’…”
En esta línea de ideas, por ejemplo, si observamos el planisferio con las “Islas del Mundo”, hay resaltadas dos regiones, el S.E. asiático y el sur de Chile, ambas notables por la cantidad de islas.

En la primera región, las islas en las lenguas Austronesias se denominan en gran proporción en forma concreta, tal como: pulau sulawesi (Islas Célebes), en cambio en el islario chileno no ocurre lo mismo.
Podemos ver esto por ejemplo en el Archipiélago de Chiloé, zona de gran cultura marítima.

Este archipiélago, tiene más de 42 islas e islotes, y en ese conjunto se ha podido recabar entre la cartografía histórica (s. XVIII a XX), solo cuatro menciones al término “huapi”, de las cuales tres son penínsulas y una isla: Guapiquillan, que si tomamos la relación con la Isla Grande de Chiloé, el concepto sería quizá más correcto: uno concreto: islote, o uno abstracto: aislado, separado, (en relación a algo), que por otra parte, se complementarían ambos conceptos en el caso de “islote”.

Respecto a esto, es altamente notable esta relación en los no más de 15 casos de islas con el término “huapi” en ambos lados de la Cordillera, a pesar de que en Chile, solo en la zona en cuestión hay más de 1000 islas. 

Existen algunas excepciones dentro de estas 15, con superficies mayores que tienen la partícula “huapi”, en que no se da esta relación, sin embargo, se presentan posiblemente más como traducciones modernas del español al mapuzungun.

Finalmente, pensamos que el término “huapi”, no es de origen mapuche, y que su concepto tampoco es un elemento concreto como “isla: porción de tierra emergidas completamente rodeada por agua”, sino más bien un concepto abstracto como “aislado”, y es por ello que encontramos abundancia de islotes asociados al continente o a otras islas mayores mayores y en penínsulas que incluyen en sus nombres la partícula “huapi”.

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