Emprendedores locales: B12 y una manera de comer sano, saludable y sin explotación animal

Clara Masignano es una joven de Villa La Angostura que luego de un cambio radical en su vida tomó la decisión de dedicarse por completo a la producción de comida vegana: así nació el emprendimiento “B12 comida vegana”.

 

A fines de 2019, principios de 2020 hubo un cambio en su vida a nivel personal cuando dejó de hacer vista gorda a la explotación animal que hay detrás de la industria de la carne. Con esa información encima y el click a nivel moral y personal que ocurrió con esa información comenzó su transición al vegetarianismo, y posteriormente al veganismo.

“En este camino, me surgieron ganar de dejar el trabajo de dependencia que tenía en ese momento, y como me gusta mucho cocinar, me surgió la idea de emprender. Y así fue como empecé a probar recetas”, comentó Clara a LA ANGOSTURA DIGITAL.

Si bien tenía que repartir su tiempo en esto y en el trabajo que aún tenía, comenzó a buscar nombres. Así surgió “B12 comida vegana”. “B12 en realidad es como sarcasmo porque la industria carnívora asocia esta vitamina solo a los animales, y en realidad es un suplemento que está presente en vegetales y alimentos que consumimos que no son derivados de los mismos”, nos cuenta Clara.

Comenzó haciendo lo que es habitual en esta época: creó una cuenta en Instagram (@b12comidavegana.vla) para dar a conocer este proyecto y comenzó con la venta de estos productos: hamburguesas de lentejas y vegetales, hamburguesas de garbanzos con arroz yamaní y espinaca, milanesas de soja, chorizos, salchichas, nuggets de gluten y unas hamburguesas que ya no comercializa.

“Arranqué con un menú bastante simple, y a eso le agregué un poco de profesionalismo con fotos que ya no tengo en la cuenta porque ya no me gustan” cuenta Clara entre risas. “Hubo un momento que no podía con el trabajo y el emprendimiento, y fue así como en noviembre del 2021 tomé la decisión de apostar y subsistir solo con el emprendimiento. Arranqué con B12 en mayo de 2021, en noviembre tomé la decisión de dedicarme solo a esto, y lo sigo sosteniendo hasta el día de hoy”.

Luego de dejar el trabajo en relación de dependencia, empezó con la habilitación para poder vender en locales. Luego de preguntar y realizar el curso de manipulación de alimentos, habilitó 3 productos: Nuggets de garbanzos, milanesas de soja y hamburguesas de garbanzos y espinaca. Los mismos se pueden conseguir en los siguientes puntos de venta: Dietética New Life, sobre Boulevard Pascotto al 241; en Autoservicio MyC, ubicado en Las Retamas 181; y en Dietética Madre Tierra que se encuentra en Las Fucsias 355. O pueden conseguir cualquier cosa de su menú haciendo pedidos a través de sus redes sociales.

“En la Cervecería Australis también tengo empanadas de soja, y en La Cantina vendo hamburguesas que las venden ya hechas como menú vegetariano”, comenta. Y agrega que tiene pensado ampliar los productos habilitados, pero ya no tiene tanto tiempo como antes debido a que este año comenzó a estudiar.

“En B12 si bien a veces recibo ayuda, yo soy la que se encarga de pedir la materia prima, de imprimir etiquetas, diseñar, sacar fotos, mantener vivas las redes sociales y además, obvio, de la producción”.

Nos cuenta que el proceso de producción es largo, de aproximadamente de 2 o 3 días y que lo realiza en la sala de elaboración de la localidad, que cuenta con todos los materiales para su fabricación. “Comienzo hidratando la legumbre que vaya a utilizar entre 12, 18 o 24 horas, luego cocinándola por 2 horas, dependiendo de la legumbre. Sigo con el proceso de la mezcla que necesite el producto, luego congelo todo una noche, y al otro día empaqueto o empano según corresponda”, agrega.

En su camino hacia el veganismo comenzó a interesarse también por la soberanía alimenticia, creció a nivel personal y se interesó más en saber qué alimentos ingresaban a su cuerpo. Es por esto, que hace tres meses es parte de las compras comunitarias.

“Las compras comunitarias son vecinos y vecinas auto convocados que decidieron salir del capitalismo en el que estamos emergidos y apostar a productos locales, regionales, naturales, sin agro tóxicos y orgánicos”, nos informa. Es por esto también que está empezando usar este tipo de materia prima para su emprendimiento porque considera que debemos ingerir productos buenos, sin agro tóxicos, sin conservantes y quiere apostar a las microeconomías y a las pymes.

“La decisión de dejar el trabajo que tenía y apostar por esto, fue hacer lo que realmente quería. Todo lo que hago lo hago con paciencia, amor y dedicación. Estoy interesada en aprender cada vez más y no puedo dejar de cocinar tampoco; si no es para el emprendimiento es probando recetas nuevas, sino probando cosas para consumo propio o regalar a familias o amigos.”

“Disfruto cocinar para el resto. Es un acto de amor muy grande la cocina. En cada cosa que hago están mis manos, mi energía y mi tiempo. Tratar de hacer lo mejor posible y con amor se nota, doy un poco de mí en cada producto”, nos confiesa.

Pero esto no es todo, quiere y apuesta por más. “Mi sueño en este momento sería tener una dietética con muchos productos veganos de todos lados, y quién quiera ir a cocinar o hacer algo en conjunto conmigo tenga la posibilidad. Apuesto mucho al cooperativismo. Vivo mi vida así a través de todas mis creencias. Apuesto a la solidaridad, sororidad y a esto de abrazar al resto y no ver a otros emprendimientos de comida vegana como competencia, por ejemplo”.  Apunta a esto, y si no es posible a tener un local propio donde pueda producir en masa, aunque es algo que por el momento está en pausa.

“Es posible comer sano, rico, variado y sabroso sin productos que tengan animales ni derivados de los mismos. Hay mucho prejuicio a la comida vegana, como que siempre se come ensalada, pero no es así. Se puede hacer mucho, es un mundo hermoso y nuevo. Es llenador vivir y alimentarse sin maltratar a nadie”, culminó.

Clara Masignano junto a B12 intentan visibilizar el veganismo, visibilizar todo lo que provoca la industria ganadera y que los demás entiendan que los animales están en el mundo con nosotros, y no para nosotros.

Una joven angosturense que tiene las ideas claras, que sabe dónde apunta y lo que quiere, que decidió con tan solo 21 años dedicarse a lo que le gusta realmente y aportar y apostar desde el lugar que le toca a un mundo mejor y un poco más justo.

 

 

 

 

 

 

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