René Zuker, el angosturense que mantiene la misma pasión a los 84 años que de chico por el ajedrez

Es uno de los referentes de esta disciplina de toda la Patagonia. Un problema en la vista le impide ver con nitidez, pero de igual manera con la computadora disfruta durante varias horas al día jugando distintas partidas en forma online.

 

Uno de los principales referentes del ajedrez del sur argentino, René Zuker, conversó con la web de FADA para conocer pormenores de su vida ligada exclusivamente a este deporte compuesta por diferentes logros, entre ellos, un récord mundial que sigue vigente.

En Villa La Angostura René Zuker vive la vida a su manera sin tantas obligaciones. El ajedrez le dio diversas alegrías durante su carrera (y viceversa), y actualmente, pronto a cumplir 85 años, el tablero tiene un rol preponderante, a pesar de su inconveniente en la visión. Sin embargo, la llama de la pasión sigue más viva que nunca.

René fue alumno del Gran Maestro Internacional Julio Bolbochan en el club Hebraica (Buenos Aires) desde 1952 hasta 1954, y compartió mesa con grandes exponentes, como por ejemplo Miguel Najdorf desde 1961 hasta 1964 en Richmond Baires. Su increíble eficacia en algunos torneos lo hacen especial, y uno de los más recordados está ubicado en 1988, en donde logró el récord mundial de maratón de ajedrez rápido en Bariloche, homologado por Ediciones Maeva (España), cuya marca fue la siguiente: 36 horas y 15 minutos consecutivas de permanencia frente al tablero, 438 partidas y un 77% de puntaje final.

“Ese récord sigue vigente, nadie lo superó. La cifra del 77 % es muy importante. Recuerdo que el primer partido de inauguración lo perdí porque estaba muy nervioso”, sostiene René, instalado en Villa La Angostura hace un tiempo largo y llevando adelante una vasculopatía seca, que le impide ver con nitidez y a la que le llega al 20% de los adultos mayores.

A raíz de esta enfermedad le impide leer, escribir y jugar partidas presenciales, aunque la computadora le regala minutos sagrados para su edad: “Juego al ajedrez todo el día, ya que la luz viene de adentro. Hoy por ejemplo me levante a las 10 de la mañana, inicié sesión en Lichess y tuve 20 partidas, pero no sé contra quienes. Estoy condenado de por vida a hacer lo que me gusta”, comenta quien posee un valioso nivel cultural y social para la comunidad local.

“El ajedrez es mi gran pasión como deporte. No creo que haya secretos; como es una pasión desde muy chico, es permanente, no se borra. Mi padre me acercó un tablero por primera vez a los 9 años, y toda mi vida le dediqué; iba mucho a los clubes, no me cansaba de mirar partida, me volvía loco. Mis primeros pasos los di en Buenos Aires y luego, para 1967, comencé mi actividad en Bariloche”, recuerda René, distinguido como ejemplo de vida por la secretaría de Deportes de Villa La Angostura en 2014.

La historia de Zuker es riquísima por donde se la mire, con diferentes logros y representando con sumo profesionalismo a distintos seleccionados de Bariloche.

En la actualidad, rozando los 85 años, su vida es ejemplar, siguiendo a todos lados a su pasión, la que explotó cuando niño. Sin embargo, hay algo que lo preocupa: “Los chicos en los colegios primarios deberían tener ajedrez obligatorio, porque moviliza las neuronas, enseña a tratar con otras personas, a no hacer trampa”. Y concluye: “Este juego es único, excepcional, una de las grandes creaciones de la humanidad”.

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