Por qué celebramos el Día Mundial de las Abejas y qué está en juego si desaparecen

Claves para la polinización de cultivos y plantas nativas, su declive impacta de lleno en la biodiversidad y la producción de alimentos. Expertos del CONICET explican cómo impacta en las más de mil especies que hay en Argentina la pérdida del hábitat, el uso de agroquímicos y el cambio climático.

En Argentina existen más de mil especies distintas de abejas. Aunque suelen asociarse únicamente a la producción de miel, su importancia es mucho mayor: estos insectos son fundamentales para la polinización de cultivos y plantas nativas. Por eso desempeñan un rol clave en la biodiversidad y la seguridad alimentaria. En reconocimiento a su valor ecológico, las Naciones Unidas declararon el 20 de mayo como Día Mundial de las Abejas.

Dimensionar el impacto de las abejas sobre los aspectos socioambientales no es nada sencillo. Pero la comunidad científica se vale de algunas pistas para dar un pantallazo.

“Contamos con algunos parámetros generales basados en evidencia científica que permiten decir que el impacto de las abejas sobre la reproducción de las plantas nativas y sobre muchos cultivos es clave – cuenta Leonardo Galetto, investigador superior del CONICET, a la Agencia CTyS-UNLaM-. Una buena parte de la biodiversidad depende de la polinización por abejas para reproducirse. Y esas flores brindan recursos a unas 20 mil especies de estos insectos para que puedan cumplir su ciclo de vida y mantenerse en los ambientes naturales a nivel global”.

Para dar una idea del vínculo entre estas especies y el ser humano, varios alimentos no estarían disponibles si no hubiera polinización. O sí, pero en mucho menor medida. “Para dar dos ejemplos concretos, la producción de zapallos o de kiwis depende casi exclusivamente de la polinización por abejas. El girasol o la soja dependen en mucho menor medida, aunque si las abejas desaparecieran los rindes por hectárea de estos cultivos disminuirían”, ilustra Galetto.

Una larga lista de enemigos públicos: hábitat, agroquímicos y cambio climático
Los expertos señalan que las principales amenazas para las abejas -y para otros muchos insectos benéficos- se relacionan con la pérdida de hábitat por la desaparición de los bosques y ambientes naturales.

“Al transformarse grandes extensiones de hábitats naturales para implementar la agricultura industrial que cultiva unas pocas especies, las abejas pierden sitios de nidificación y fuentes de alimentación diversas y sostenidas a lo largo del año”, señala a la Agencia CTyS-UNLaM Carolina Torres, doctora en Ciencias Biológicas en la Universidad Nacional de Córdoba e investigadora de CONICET.

Además, advierte que el uso intensivo de pesticidas para controlar plagas en estos cultivos tiene un impacto directo sobre las abejas y otros insectos polinizadores. “Estos dos factores, pérdida de hábitat y agroquímicos, son los más importantes y ubicuos no solo en nuestra región, sino a nivel mundial”, resume Torres.

Otro elemento de peso es el cambio climático, aunque acá, especifica Torres, “se cuenta con mucha menos evidencia científica sobre los impactos concretos sobre las distintas especies”.

“Se sabe que el cambio climático afecta a algunas especies de las abejas, y también a muchas plantas con flores de las que se alimentan o permiten su nidificación- comenta la científica-. Es decir, los distintos organismos biológicos producen interacciones complejas que sostienen los ecosistemas. Cuando se empiezan a afectar algunos, terminan siendo afectados muchísimos de ellos con consecuencias muy importantes para todo el ecosistema. La abeja de la miel depende en gran parte de los humanos para multiplicar sus colmenas, con lo cual todos estos factores también las afectan, pero en otra medida”.

Nicolás Camargo Lescano (Agencia CTyS-UNLaM)-

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