Emprendedores locales: “Costureras del Sur”, un proyecto que no deja de crecer

Noelia Ceballos es una de las referentes de “Costureras del Sur”, una cooperativa en el que se dedican a coser, arreglar cierres, parches, y crear todo tipo de prenda que se requiera del otro lado, conformado por 13 personas quienes son el claro ejemplo de que con pocos materiales, tenacidad y compañerismo se puede salir adelante.

 

Noelia y su equipo de trabajo son un grupo de emprendedores en el que sus inicios remontan a la problemática de la pandemia surgida en el año 2020, cuando comenzaron a producir los primeros barbijos que en ese entonces eran de uso obligatorio.

Sin embargo, la costura demostró ser algo más que un trabajo: un oficio, en el que distintas mujeres y hombres tienen la oportunidad de crecer en el rubro, aprender con las diversas herramientas que el espacio ofrece, y ayudar a todas las mujeres a sentirse bien consigo mismas.

“Al principio éramos tres integrantes y comenzamos produciendo barbijos con dos compañeras del colectivo del barrio. Contábamos con tres máquinas familiares y una Industrial. Luego buscamos un local para poder trabajar por la demanda de los tapabocas y después fue creciendo el tema de los cierres, cambio de cierres, parches, arreglos y demás”, comenzó relatando la emprendedora a LA ANGOSTURA DIGITAL.

Máquinas familiares e industriales, tijeras, hilos y telas son algunos de los materiales que engloban el espacio físico de los 13 costureros (12 mujeres y 1 hombre) que brindan atención al público de 10 a 12 hs y de 16 a 19 hs, ubicados en la calle Primeros Pobladores 551 – Barrio Mallín de Villa la Angostura.

Cada uno de ellos se dedica a un área en específico, algunos cosen y arreglan prendas, Mabel se encarga de arreglar las máquinas, hacer marroquinería, y tapicería. A su vez, cuentan con una diseñadora y una costurera profesional, pero entre todos hacen la unión para ocupar el lugar del otro cuando sea necesario.

“Las compañeras nos capacitan a nosotras porque más que cambiar cierres o hacer parches no nos pasábamos, pero ahora podemos tomar trabajos más grandes. Trabajamos para distintos hoteles de la zona, y ahora estamos haciendo pie de cama, fundas para almohadas o hasta lonas para barcos, por ejemplo. De a poquito nos estamos haciendo conocer y tratando de generar un trabajo genuino que de eso se trata”.

Y continúa: “Nos conformamos como cooperativas hace poquito, ya nos entregaron la matrícula y ahora somos Costureras del Sur Cooperativas. Estamos felices de haberlo logrado, y aún más porque todos los compañeros estamos unidos con el objetivo de crecer y trabajar a gran escala”.

Pese a las diversidades que se les presentan en el día a día y teniendo en cuenta lo dificultoso que se vuelve encontrar telas en la localidad y a un bajo costo para fabricar ropa totalmente artesanal, la organización no sólo se dedica a realizar arreglos, sino también a fabricar riñoneras, mochilas, delantales, mamelucos, buzos, entre otros.

“Cuando te comparás con la famosa página web de compra-venta que es casi competencia china, se hace imposible sacar costos de los distintos materiales necesarios. Hacemos el presupuesto, presentamos una muestra para que queden satisfechos con el trabajo, y todos los trabajos tienen una semana de garantía”, explicó un integrante del taller.

Con el claro objetivo de continuar creciendo en el rubro, en un futuro piensan en la posibilidad de llevar adelante cursos de corte y confección abiertos a la comunidad para empoderar a muchas mujeres, aunque aún no se ha concretado la idea debido al espacio reducido con el que cuentan.

Mientras que otra de sus tantas metas a corto plazo, se trata de adquirir una máquina de bordar, y una sublimadora para abarcar los clubes de fútbol de la localidad, por ejemplo.

Por lo que, sin dudas, lo que caracteriza a “Costureras del Sur” es la ayuda mutua, el trabajo en equipo y el esfuerzo y compromiso en cada uno de ellos para lograr salir adelante.

“En el camino siempre habrá obstáculos, pero lo importante es seguir. Cuando vos perseguís un sueño y querés hacer algo, lo hacés como sea. En nuestro taller podés aprender mucho, el recorrido de aprendizaje es largo y eso te enseña a valorar a las personas, tener compromiso y querer crecer”, concluyó Noelia.

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